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Mi Top 20 de Ciudades Favoritas en los Balcanes

Las 20 Mejores Ciudades de los Balcanes que Debes Visitar

Hay algo mágico en los Balcanes. Un hilo invisible que conecta cada ciudad, cada calle, cada rostro que se cruza en tu camino. Un viaje por esta región no es solo una aventura geográfica, sino un salto en el tiempo, un encuentro con culturas que, aunque parezcan distantes, se entrelazan en un mosaico complejo y fascinante. Hoy, te invito a descubrir mi top 20 de ciudades favoritas en los Balcanes, un recorrido personal que es tanto un homenaje como una invitación a explorar.

1. Zagreb, Croacia

Zagreb no es una ciudad que se apodera de ti de golpe. Más bien, te va conquistando lentamente, con sus plazas llenas de vida y sus calles que serpentean entre colinas. Es un lugar donde lo moderno se mezcla con lo antiguo, donde cada rincón tiene una historia que contar. En Zagreb pasé dos buenos momentos en dos periodos diferentes, y siempre me ha dejado con ganas de volver y descubrirla más y más.

2. Budapest, Hungría

Budapest es como un libro épico, con sus puentes que cruzan el Danubio como capítulos que unen historias de un lado a otro. La ciudad es un testimonio de resistencia y reinvención, y caminar por sus calles es recorrer las páginas de una historia vibrante y viva. Budapest me recibió herido un fría mañana de primavera mientras iba persiguiendo el Danubio como quien persigue un sueño y, a su modo, me sanó, por eso siempre la recordaré con cariño.

3. Ljubljana, Eslovenia

Ljubljana es pequeña pero poderosa, una capital que se siente más como un cuento de hadas que como una ciudad. Sus puentes, especialmente el famoso Puente del Dragón, te invitan a soñar y a dejarte llevar por la tranquilidad de su río. En Ljubljana pasé un par de días hermosos y tuve una de las despedidas más dolorosas que tuve en mi vida, sabiendo que un gran amor se me escapaba de los dedos, por eso siempre la recordaré con una mezcla de alegría y tristeza.

4. Perast, Montenegro

Perast es un susurro en la costa montenegrina, un lugar donde el tiempo parece haberse detenido. Sus iglesias barrocas y sus vistas al Adriático te hacen sentir parte de una postal antigua, donde cada piedra tiene su propio eco. A Pereast la visité muchas veces mientras vivía en Montenegro, y siempre me pareció un lugar mágico, lleno de historia y de armonía. Fui viajero en sus calles, pero también fue un vil turista que se aprovechó de su belleza constante para tomar fotos y escapar a Instagram a publicarlas. Debo reconocerlo.

5. Ohrid, Macedonia

Ohrid es el alma de los Balcanes. Su lago, que parece un espejo infinito, refleja no solo las montañas que lo rodean, sino también las historias milenarias que han pasado por sus orillas. Es un lugar para perderse y encontrarse al mismo tiempo. En Ohrid pasé un fin de semana de esos que se pueden llamar de peliculas. Solo y acompañado. Contemplando el lago y disfrutando de unas dulces piernas que me acariciaban la esperanza de un amor fugaz que se derrumbo en otra despedida un domingo por la tarde del verano más caluroso de la historia. Ohrid siempre será un lugar especial para mí.

6. Sarajevo, Bosnia y Herzegovina

Sarajevo es un crisol de culturas, un lugar donde lo oriental se mezcla con lo occidental en un abrazo que, aunque a veces doloroso, siempre es sincero. A Sarajevo fui con dos amigos turcos a un concierto de música. No recuerdo el nombre del grupo, pero sí recuerdo la sensación de estar en un lugar donde la historia se siente en el aire, en una de mis ciudades favoritas en el mundo entero y alrededores. Sarajevo es una ciudad que te marca, que te deja el corazon abierto, y que siempre te invita a volver. Caminar por sus calles es como recorrer las venas abiertas de la historia de Europa.

Sobre Sarajevo escribí un artículo que se llama 20 Cosas que ver y hacer en Sarajevo, si quieren saber más sobre esta ciudad, les recomiendo leerlo.

7. Split, Croacia

Split es un poema escrito en piedra. Su palacio de Diocleciano es un recordatorio de la grandeza romana, mientras que su paseo marítimo te invita a disfrutar de la vida a un ritmo más lento, como si el tiempo fuera un lujo que aquí abunda. De Split solo tengo recuerdos fugaces, pero todos ellos son de una ciudad que me recibió con los brazos de par en par. Es de esas ciudades que te enamoran a primera vista, y que te hacen soñar con volver una y otra vez.

8. Trogir, Croacia

Trogir es una joya escondida, un sueño hecho realidad, una pequeña ciudad que brilla con la luz de su pasado. Sus callejones estrechos y sus edificios de piedra parecen susurrarte secretos antiguos al oído. A Trogir fui en un viaje de un día desde Split, y aunque solo estuve unas horas, fueron suficientes para sentirla como un lugar especial, lleno de magia y encanto.

9. Pula, Croacia

Pula es historia viva. Su anfiteatro romano, uno de los mejores conservados del mundo, es un recordatorio de la grandeza que una vez fue, mientras que sus playas y su vibrante vida cultural te invitan a disfrutar del presente. En Pula también estuve de paso. Viajaba desde Vencia hasta Sofia y decidí hacer una parada en esta ciudad costera. Fue un día soleado y caluroso, con un amor juvenil que se me hizo perfecto para explorar sus calles y descubrir sus tesoros escondidos.

10. Herceg Novi, Montenegro

Herceg Novi es una ciudad de contrastes, donde las montañas se encuentran con el mar en un abrazo que define el paisaje montenegrino. Sus fortalezas y su paseo marítimo te hablan de un pasado lleno de historias, mientras que sus cafés y bares te invitan a disfrutar del momento. A Herceg Novi fui en un viaje de un día con mi tía catalana y no paramos un segundo de caminar y contemplar la belleza de esta ciudad costera.

11. Durrës, Albania

Durrës, que decir de Durrës que ya no haya retratado en poemas, relatos, canciones. Es una ciudad donde viví casi 6 meses en tres periodos distintos. Una ciudad donde la historia y el presente se mezclan de manera única. Sus antiguas ruinas romanas conviven con playas modernas, creando un contraste fascinante que te hace sentir como si estuvieras en dos épocas a la vez.

¡Siempre tendremos Durrës!, le grité una vez al Adriático, deseando que la marea arrastrara mi mensaje hacia ella.

Sobre Durrës escribí mucho y de todos los colores. Aquí les dejo algunos para que leean y sientan como me ha marcado esta ciudad dónde pasé uno de los mejores veranos de mi vida (dos veces):

12. Saranda, Albania

Saranda es un rincón paradisíaco en la costa albanesa, un lugar donde el mar Jónico se muestra en su máximo esplendor. Sus aguas cristalinas y su cercanía a Butrinto, una joya arqueológica, hacen de Saranda un destino que combina lo mejor del pasado y del presente. En Saranda pasa una semana solitario, recluido en un cuarto de hotel, sentado en el balcón con vistas al mar mientrás escribía sin parar. Lo que nunca me imaginé es que Saranda sería el preludio de un amor intenso que me esperaba a la vuelta de la esquina.

13. Estambul, Turquía

Estambul es mi ciudad favorita del Universo. Ya lo dije en este artículo dónde cuento por qué es, para mí, la ciudad más bonita del mundo. Es el puente entre dos mundos, un lugar donde lo antiguo y lo moderno se encuentran en un abrazo constante. Sus mezquitas y palacios te hablan de un pasado glorioso, mientras que sus mercados y calles bulliciosas te muestran una ciudad siempre en movimiento.

14. Fethiye, Turquía

Fethiye es un paraíso costero que te invita a desconectar y disfrutar de la belleza natural del sur de Turquía. Su mar turquesa y sus ruinas antiguas crean un escenario perfecto para el descanso y la exploración. En Fethiye pasé dos semanas de relax, escritura, trabajo y aventura, explorando sus playas y sus montañas, y descubriendo un lado de Turquía que no conocía.

15. Prizren, Kosovo

Prizren es una ciudad que te sorprende con su autenticidad. Sus mezquitas, iglesias y casas otomanas forman un paisaje urbano único, mientras que su gente te recibe con una calidez que te hace sentir como en casa. A Prizren llegué a dedo desde Durrës, Albania y me quedé un par de días explorando de la mano sus calles, sus colinas, sus bares y su historia.

16. Brașov, Rumanía

Brașov es el corazón de Transilvania, un lugar donde la historia medieval cobra vida entre sus murallas. Su arquitectura gótica y sus montañas circundantes te transportan a un mundo de leyendas y misterios. En este artículo cuento mi experiencia sobre esta ciudad, ya que tuve la suerte de de vivir allí más de un mes, en lo que fue el invierno más frío que pasé en mi vida en todos los sentidos.

17. Bucarest, Rumanía

Bucarest es una ciudad de contrastes, donde el pasado comunista se mezcla con la modernidad en una danza constante. Sus grandes avenidas y sus pequeños rincones escondidos te invitan a descubrir una capital que no deja de reinventarse. A Bucarest fui de visita. Recuerdo que no paró de llover un segundo, pero igual estaba como obnubilado recorriendo cada secreto que guarda una de las ciudades más hermosas de los Balcanes.

18. Plovdiv, Bulgaria

Plovdiv es una de las ciudades más antiguas de Europa, y su casco antiguo es un testimonio de su rica historia. Sus calles empedradas y sus casas de colores te llevan a un viaje en el tiempo, mientras que su vibrante vida cultural te recuerda que Plovdiv es una ciudad que vive el presente.

Si quieren conocer más detalles sobre Plovdiv, les recomiendo leer este artículo que escribí sobre las 18 Razones para Visitar la Ciudad más Antigua de Europa.

19. Gjirokastër, Albania

A Gjirokastër la visité una vez mientras hacía un road trip en un coche de alquiler con dos amigos por el sur de Albania. Es una ciudad de piedra, donde cada casa parece tallada en la roca. Su fortaleza domina el paisaje, recordándote el poder que una vez tuvo, mientras que sus calles te invitan a explorar su rica historia y su cultura única.

20. Berat, Albania

Y por último tenemos a Berat. De las ciudades más lindas y pintorescas de los Balcanes. Berat es conocida como la ciudad de las mil ventanas, y no es difícil entender por qué. Sus casas otomanas, con sus grandes ventanales, parecen observarte desde las colinas. A Berat la vivité un par de veces. Pero siempre recuerdo la primera en dónde pasé un día de esos que te dejan sin aliento, explorando sus calles empedradas y sus iglesias bizantinas, y descubriendo un lugar que parece sacado de un cuento de hadas.

Palabras finales

Estas son solo algunas de las ciudades que he tenido la suerte de visitar en los Balcanes. Cada una de ellas tiene su propia esencia, su propio encanto. Espero que este recorrido por mi top 20 de ciudades favoritas en los Balcanes te haya inspirado a descubrir más sobre esta fascinante región, y a sumergirte en sus rincones más bellos y sorprendentes.

¡Hasta la próxima aventura!